31 julio, 2013

Maldita sea!

Ojos aguados
que empañan lentes tirados
sobre la caliente y desordenada colcha
que arrojé al rincón de la habitación
al confundir su peso en mi pecho
con el abismo que provoca
la maldita soledad de este corazón roto.

Almohadas de espinas
sobre sábanas ensangrentadas
del llanto de este vacío,
muy humano,
que me acompaña esta
"amena" noche
de amargos tragos
del inconsciente
miedo a desfallecer.

Estoy solo...
maldita sea!