No apartes la vista.
Mira mi alma a través de estas lágrimas
y habla...
Dime, sin que se te quiebre la voz
quién eres,
dime más aun quién fuiste.
Tócame, sin que te suden las manos,
sin que te tiemble el corazón
y tus mejillas se sonrojen.
Como lo hacías cuando brillaban las estrellas.
Vamos!
Anda y arrójate al vació
Profundo del oportunismo.
Y busca el tiempo perfecto
para decir que aún me amas.
…Aunque sea un leve espejismo
en la profundidad de tus pupilas.